Llenar el carro de la compra ha dejado de ser en gran parte un derecho para poco a poco ir convirtiéndose en un privilegio. Efectos directos de la crisis económica que asola al mundo hoy en día, como es el caso de la inflación, han provocado que muchas personas se vean contra las cuerdas a final de mes. No obstante, si seguimos ciertas técnicas a la hora de ir al supermercado, todo se simplifica en gran medida. Es el momento de tirar del ingenio y organizar las cuentas personales al detalle; garantizando así que tenemos siempre llena la nevera.
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Planifica cuándo ir a hacer la compra
Uno de los principales errores al ir al supermercado es el hecho de hacerlo sin pensar y encontrarse con precios disparados en la gran mayoría de los productos. No obstante, tal y como se puede ver en el folleto de Lidl, hay un buen abanico de descuentos que se van sucediendo a lo largo del mes. Una información de valor que ahora tenemos a un clic de distancia en las mejores webs especializadas en catálogos de supermercados.
No hemos puesto el folleto de Lidl de ejemplo como fruto del azar, sino porque se trata de una de las compañías que más promociones van presentando en sus locales. Es irrelevante si hablamos de frutas y verduras, de carnes y pescados, de productos de limpieza y de alimentación o incluso de ropa y electrodomésticos para el hogar. En este supermercado hay descuentos llamativos que merece la pena valorar.
Por consiguiente, nuestro primer consejo es que tengas en cuenta cuándo se lanzan dichas ofertas y que te organices para ir al súper solo cuando estén disponibles. Un ahorro sustancial que reducirá el precio del carrito sin que la calidad de lo que compras se vea afectada. Así que ya lo sabes: entra en las páginas con el folleto de Lidl del mes (o de cualquier otro supermercado) y fija un día en el calendario para hacer la compra.
Mantente firme en la lista de la compra
Con la lista de ofertas ya clara, es el momento de hacer un listado con todo cuanto te falte en la despensa o en la nevera. Es importante que tengas clara esta información, puesto que de lo contrario el gasto en alimentación se te puede ir de las manos sin previo aviso. ¡Los supermercados están llenos de distracciones que hay que evitar!
Dicen que no hay que ir a hacer la compra con hambre y esto no puede ser más real. Por mucho que tu impulso sea comprar productos deliciosos para un tentempié, ten en cuenta que suelen ser de todo menos necesarios. En su lugar, es mucho más inteligente acogerse exclusivamente al listado que has hecho antes de salir de casa y no salirse nunca de la norma.
Esta organización previa, sumada a la información de las ofertas en los catálogos online, te ayudará a controlar de forma exhaustiva todos tus gastos mensuales. Conocer cuánto puedes dedicar a cada área de tu vida (alimentación, ocio, hogar, los hijos, viajes…) hará que llegar a final de mes sea mucho más sencillo.
¿Marca blanco o no? ¡El fin del dilema!
Vivimos en una estructura social altamente marcada por los hábitos de consumo y, como tal, en cada producto que vamos a adquirir hay una enorme variedad de alternativas comerciales. Como es evidente, los precios de la marca blanca de cada supermercado y los de compañías especializadas en cada artículo difieren en gran medida. Pero, ¿es mejor uno que otro? Esta duda es de lo más común, pero no hay una respuesta clara.
Lo más adecuado es decir que todo depende. En primer lugar, del tipo de supermercado del que estemos hablando. Algunos como Lidl han hecho una fuerte inversión en el diseño de su marca blanca y goza de uno de los mayores reconocimientos del mercado. Asimismo, también es importante que sigamos nuestros gustos según la marca; ya que, lo queramos o no, hay artículos que la marca blanca jamás logrará igualar. ¡En el término medio está la virtud!